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Más que un trabajo: Encuesta a conductores de vehículos de alquiler en Los Ángeles

Por Abel Valenzuela Jr. | 8 de junio de 2018

La semana pasada, los investigadores del Centro Laboral de la UCLA Saba Waheed, Lucero Herrera, Ana Luz González-Vásquez, Janna Shadduck-Hernández, Tia Koonse y David Leynov publicaron el último estudio de nuestro instituto, More Than a Gigsobre las incipientes pero crecientes empresas de redes de transporte como Uber y Lyft. Tras leer el informe y participar en su presentación, me sorprenden sus conclusiones y me recuerdan la investigación que realicé hace casi dos décadas sobre los jornaleros, en aquel momento un mercado laboral creciente y omnipresente del que sabíamos poco más que a través de anécdotas, relatos periodísticos o experiencias personales. Mi investigación contribuyó a las discusiones y debates sobre los mercados laborales atípicos e informales y sobre cómo los centros de trabajadores podrían servir de intermediarios importantes para mejorar las condiciones de los jornaleros. La aportación de empirismo, investigación rigurosa y análisis a los debates sobre el trabajo a jornal y los mercados laborales precarios hizo avanzar el debate político de forma más inclusiva y reflexiva.

Del mismo modo, el sector de los viajes compartidos es bien conocido entre los angelinos, que navegamos por la expansión de nuestra ciudad, equilibramos la confluencia de espacio, tiempo y tráfico, y reducimos nuestro estrés dejando que otro conduzca. Pero hasta ayer, sabíamos poco sobre las condiciones laborales del mercado de viajes compartidos. Espero que estos resultados sirvan para iniciar un diálogo político sobre cómo mejorar las condiciones de estos trabajadores.

Las conclusiones de Más que un concierto son significativas y ponen de relieve tres pautas importantes:

En primer lugar, el transporte a domicilio no es ni suplementario ni temporal, y la mayoría de los conductores afirman que es su ocupación a tiempo completo. Los conductores a tiempo completo suelen ser mayores, de origen inmigrante, utilizan el trabajo para mantener a sus familias y participan en este mercado principalmente por su flexibilidad.

En segundo lugar, el estudio concluye que los costes de trabajar como conductor de Uber o Lyft reducen unos ingresos ya de por sí mediocres, ya que los conductores pagan el mantenimiento del coche, la compra o el alquiler del vehículo, los soportes del teléfono móvil, las alfombrillas, las fundas de los asientos e incluso los servicios para los pasajeros, como agua embotellada, caramelos de menta o cargadores de móvil, para mejorar las críticas y mantener la seguridad en el empleo.

Por último, el estudio destaca cómo los conductores están estructural y legalmente limitados por el hecho de ser contratistas independientes. Su condición de no empleados exime a las empresas de viajes compartidos de cualquier responsabilidad sobre los salarios, las condiciones de trabajo, las prestaciones o la protección y seguridad en el lugar de trabajo del conductor.

Las oportunidades de organizar a los trabajadores de esta creciente industria serán difíciles por numerosas razones, entre las que destaca la invisibilidad de los conductores cuando recorren las calles de Los Ángeles en busca de trabajo. La falta de un lugar de trabajo de ladrillo y motor, un centro de trabajadores o un economato dificulta aún más la organización colectiva de los trabajadores de este mercado. El lado de la demanda de esta industria no está regulado en su mayor parte, aunque los municipios, incluidos muchos de Europa, se están moviendo para regular la industria con impactos sorprendentemente positivos.

Otras posibles recetas políticas, como fomentar el uso justo, accesible y equitativo de las plataformas tecnológicas de trabajo y organizarse con los colectivos de taxis existentes y los centros de trabajadores de viajes compartidos emergentes, podrían ser unos primeros pasos prometedores para aumentar la solidaridad entre los conductores de viajes compartidos y de taxis y para mejorar el sector de los viajes compartidos.

Descargue el informe completo AQUÍ.

Abel Valenzuela Jr. es Catedrático de Planificación Urbana y Estudios Chicanos, Director del Instituto de Investigación sobre Trabajo y Empleo de la UCLA y Asesor Especial del Canciller sobre Política de Inmigración. El profesor Valenzuela es uno de los principales expertos nacionales en jornaleros y ha publicado numerosos artículos e informes técnicos sobre el tema. Sus intereses de investigación incluyen los mercados laborales precarios, los centros de trabajadores, los trabajadores inmigrantes y Los Ángeles. Su base académica es la sociología urbana, la planificación y los estudios laborales.